Los Álbumes del siglo XIX-XX, tesoros del siglo
Premio del Comité 2022, ganador
Expositor : Jesús María Bollo García
Cuando un Philumenista consigue encontrar un Álbum del siglo XIX, tiene en sus manos un tesoro por doble motivo; por una parte, colecciones de etiquetas de cajas de cerillas que, normalmente no suelen encontrarse en los circuitos de venta y, además un trabajo de muchas horas para realzar dichas colecciones o series que hagan más bella la contemplación de las mismas.
El más simple es la confección de un álbum con las hojas sueltas o simplemente cosidas, mientras que los más elaborados constan de : portada, páginas con dibujos, series o temas y contraportada, todo ello bien encuadernado.
¿ Quien hizó los álbumes ?
Para poder comprender el cómo y el por qué aparecen estos tesoros, tenemos que retrotraernos a la época en los que se confeccionaron; un mundo completamente diferente al actual, en el cual no existía ni la luz, ni el ocio, ni la educación universal y gratuita, ni un salario digno, etc. etc.
Hay que tener en cuenta, que los niños y jóvenes empezaban a trabajar a edades muy tempranas y con unos horarios que hoy serían considerados leoninos (nada más hay que contemplar las fotos que existen, por ejemplo; de los trabajadores de la Fábrica de Pascasio Lizarbe, en su mayoría niñas de corta edad). Un elevado porcentaje de la población analfabeta y de pocos recursos, con poco tiempo para dedicarse al ocio (en España se implanto el descanso dominical el 3 de junio de 1904). La jornada laboral típica era de 14 a 16 horas al día, lo que lógicamente no era verdaderamente un estímulo para dedicar tiempo y dinero para confeccionar un álbum de cajas de cerillas.
Todo ello nos da a entender que, los que tenían este hobby, lógicamente procedían de un estatus medio o elevado, puesto que para realizarlo precisaban de dinero y tiempo, al ser un trabajo tan artesanal y minucioso.
¿ Cómo se hace un álbum ?
Muchas son las maneras más habituales de hacerlo y aquí intentaremos presentar algunas de ellas:
Lo normal es encontrarnos con grandes hojas acartonadas y sueltas y en otros la hoja normal de papel, en las que se van colocando las etiquetas, unas veces con orden y otras al simple albur.
Pero cuando el “phillumenista” quiere realzar mediante su trabajo e imaginación su colección, el resultado es completamente diferente. Para ello emplea otros elementos de “ephemera”, como cromos troquelados, estampas, cromos de chocolates. En otras ocasiones el dibujo a plumilla de formas geométricas etc.
También el empleo de partes de las mismas etiquetas recortadas, los cantos e incluso las caras enteras de ellas tomando diferentes formas.en las que podemos apreciar la meticulosidad en el corte y en su colocación.
Como se puede ver, el resultado obtenido entre la primera foto y las últimas hablan por si sola del tesoro encontrado ¿Verdad..?
Buena caza para todos y que encontreis vuestro tesoro.
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